En el antiguo Egipto, se creía que los muertos (al menos los faraones y demás difuntos premium) podían llevarse consigo a la otra vida una parte de sus posesiones. Así, es habitual encontrar una infinidad de objetos a cual más variopinto en las tumbas de las pirámides, desde útiles cotidianos hasta amuletos que hicieran más agradable el camino. Porque claro, una vez emprendido el último viaje, todo lo que dejes atrás no te sirve de mucho…
Bajo esa premisa se presenta El Valle de los Reyes, un juego (en realidad una familia de tres) de Tom Cleaver, publicado en castellano por Devir, y que nos lleva a vivir —y morir— como si de un auténtico faraón se tratase. Permite partidas de 2 a 4 jugadores en unos 45 minutos, y es uno de esos juegos-Tardis que prometen una buena experiencia para jugones experimentados a pesar de venir en caja pequeña y de lo ajustado de sus componentes (104 cartas). Seguir leyendo Juegos-Tardis: El Valle de los Reyes (Reseña)